Comprensión lectora y expresión escrita para 4º de ESO: cómo hacer comentarios de texto

Captura de pantalla 2014-03-16 a la(s) 03.27.16Este libro, ofrece una serie de comentarios de textos que pertenecen a diversas tipologías:  narrativos, líricos, expositivos, periodísticos, ensayísticos, etc., con indicaciones para la lectura, el comentario lingüístico y la escritura. Cada uno se ellos con actividades de comprensión, de reflexión gramatical y de expresión. El nivel de exigencia  parte de los contenidos y destrezas mínimos de los programas de 4ºcurso ESO. En todos ellos se encuentran, tras las preguntas, valiosas sugerencias de respuestas, dirigidas al profesor para la corrección o la ampliación de las respuestas.

«La selección de textos -según palabras de los autores-   persigue un acercamiento de los escolares a la lectura en la línea aconsejada por Rodari: leer para saber más, sí; pero sobre todo, leer para disfrutar, que es la mejor de las recompensas que la lectura puede proporcionarles. 

Que con toda lectura se aprende, es una afirmación obvia; como también debiera serlo la de que, considerada en sí misma, la lectura es una actividad de carácter intelectual necesaria para el desarrollo del pensamiento. Por lo tanto, toda educación como es debido ha de proponerse el fomento de la lectura -y también de la escritura-; pero en aquella forma que, lejos de convertir la lectura en una obligación onerosa para los educandos, la transforme en fuente de placer que les lleve, en palabras de Pedro Salinas, a leer por el puro gusto de leer. Acaso sea este el mejor camino -si no el único- para no hacer de la lectura una práctica escolar aborrecible.

Invoquemos la autoridad de Gianni Rodari al respecto, que puede orientarnos a los docentes acerca de cómo evitar apartar a los alumnos de la lectura y, por el contrario, de cómo contagiarles el placer de leer: «El encuentro decisivo entre los chicos y los libros se produce en los pupitres del colegio. Si se produce en una situación creativa, donde cuenta la vida y no el ejercicio, podrá surgir ese gusto por la lectura con el cual no se nace, porque no es un instinto. Si se produce en una situación burocrática, si al libro se lo maltrata como un instrumento de ejercitaciones (copias, resúmenes, análisis gramatical, etc.), sofocado por el mecanismo tradicional «examen-juicio», podrá nacer la técnica de la lectura, pero no el gusto. Los chicos sabrán leer; pero leerán sólo si se les obliga. Y fuera de la obligación, se refugiarán en las historietas -aun cuando sean capaces de lectura más complejas y más ricas-, tal vez sólo porque las historietas se han salvado de la «contaminación» de la escuela».

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