En el blog «Con TIC y Corazón» hemos leido un post sobre educación y pensamiento crítico que nos ha parecido muy interesante, porque aprender a pensar y formarte tus propias opiniones es una formación sin duda necesaria para el mundo complejo en que vivimos y vivirán nuestros hijos/as.
«¿Qué hace falta para que un alumno aprenda algo? ¿Que sea capaz de repetir la información que le llega? ¿Que pueda memorizarla para transcribirla en un examen? ¿Que entienda el valor y la utilidad de lo que está introduciendo en su memoria?
Para APRENDER, no para memorizar, hace falta comprender, e incluso para poder almacenar en la memoria ayuda mucho el entender y dar significado a lo que se está almacenando.
Comprender es utilizar el PENSAMIENTO CRÍTICO, y dar respuestas no es la forma de promover este modo de pensar, sino HACER PREGUNTAS.
El profesor, maestro o formador sólo debe cambiar su situación en el plano: ya no es un transmisor, ya no se trata de un monólogo en el que él habla y los demás escuchan, sino que se convierte en un guía, en un mentor de un proceso de búsqueda de aprendizajes significativos por parte de los alumnos.
Como dice Ignacio Andrío, director del proyecto Educoach: “Nuestra misión, en contra de lo que quizá nos enseñaron, no consiste en dar respuestas correctas, sino en saber formular preguntas que estimulen la creatividad de los alumnos de modo que generen respuestas diferentes a las ya dadas.”
- Hacer preguntas durante las clases, para estimular la curiosidad: “¿Qué pasaría si…”?, “¿Cómo es posible que…?”, “¿Qué harías tú en ese caso…?”, “¿Qué sabéis acerca de…?, y diseñar preguntas guía, que ayuden a reflexionar y clarificar los conceptos más importantes.
- Utilizar gráficos y oraciones sencillas que introduzcan o enfoquen el tema planteado.
- Exponer distintos puntos de vista acerca de un mismo tema. Por ejemplo un conflicto bélico contado desde la visión de cada uno de los bandos implicados.
- Activar la participación de todos los alumnos utilizando alguna técnica de “participación al azar”. Por ejemplo, escribir tarjetas con los nombres e ir eligiendo de una en una para contestar, preguntar o comentar durante la clase.
- Fomentar que los alumnos se conozcan entre ellos, que trabajen juntos y que utilicen la escucha activa, pidiendo que resuman con sus palabras lo dicho por otro compañero.
- Hablar menos para hacer que los alumnos piensen más, mediante paros en la clase para que trabajen y reflexionen sobre los temas que se han tratado.
- Utilizar el método socrático para hacer preguntas y organizar debates entre los alumnos sobre temas que generan controversia.
- Fomentar el trabajo colaborativo, a través de trabajos en pequeños grupos, donde a parte de completar la tarea solicitada tengan que previamente describir los objetivos, exponer qué estrategias utilizaron y cómo resolvieron sus problemas.
- Promover la “revisión por pares” de trabajos escritos, de manera que puedan recibir retroalimentación no sólo del profesor, sino de los compañeros,y así aprovechar los beneficios de la escritura y lectura activas.
- Utilizar la técnica de la clase invertida, donde los trabajos de lectura, documentación y búsqueda de información se realizan en casa, utilizando el espacio del aula para investigar, profundizar, practicar, resolver dudas y debatir sobre el tema tratado.
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