¿Tu hijo comienza la ESO? ¡Ayúdale a adaptarse!

El paso a Secundaria supone cambios notables para chicos/as  (nuevos compañeros, distintos profesores, horarios, y sistemas de trabajo) que ocurren al mismo tiempo que los cambios que supone la propia adolescencia.

Algunas prácticas y estrategias de padres y madres pueden facilitar que el cambio se haga de forma más relajada e incluso con ilusión. Muchos, sin proponérnoslo, dificultamos la entrada de nuestros hijos en la Secundaria con mensajes atemorizantes: “cuidado con los mayores en el patio”, “el trabajo es mucho más duro”, “los profesores no se andan con contemplaciones”, etc.

Cambia tus mensajes negativos por otros que animen a tu hijo/a ante la nueva etapa: “los profesores son especialistas que te enseñarán con más profundidad”, “podrás demostrar que eres más responsable y maduro que en primaria”, “conocerás compañeros de otras zonas de la ciudad”, u otros por el estilo.

Participa en la vida escolar. Las investigaciones demuestran que los alumnos cuyos padres están pendientes de su vida escolar y colaboran con el profesorado funcionan mejor y consiguen mejores rendimientos.

Algunas formas prácticas de participar en la vida escolar pueden ser las siguientes:

• Normas y expectativas. Desde el primer día de clase fija horarios claros en función de los horarios de clase: a qué hora levantarse para llegar temprano, a qué hora acostarse para un descanso adecuado, a qué hora debe regresar a casa tras las clases. Por otra parte asegúrate de que tu hijo entiende que esperas lo mejor que pueda dar de sí mismo para superar el curso.
• Infórmate sobre el Centro de Enseñanza. Muchos centros disponen de una guía para informar sobre horarios, asignaturas, formas de evaluación, reglamentos, horarios de visita, formas de comunicarse con los profesores, grupos de padres,etc. Si no existe esa guía pregunte al tutor o a los directivos. Ellos también prefieren que su hijo funcione bien en el centro.
• Ayuda a tu hijo/a a organizarse. El primer año, o al principio del curso, es habitual que los adolescentes se despisten con la cantidad de trabajo, nuevas actividades y sus propias preocupaciones como adolescentes. Tú puedes colaborar de diversas formas:
  • Repasar sus horarios de actividades para ver si tiene demasiadas cosas que hacer.
  • Ayudarle en los hábitos de trabajo recordándole horarios y hablando sobre las tareas y materias que están viendo en las clases. Asegúrate de vez en cuando de que dispone del material necesario.
  • Ayudándole a evitar las prisas de última hora en la entrega de trabajos o en la preparación de exámenes.
  • Supervisando su “Agenda Escolar” para revisar sus tareas y su forma de organizarse.
• Mantén un ambiente de estudio. Intenta eliminar del hogar cuantas distracciones puedan interferir durante el horario de estudio de tu hijo. Si no es posible, quizás sea bueno llevarle a una biblioteca para que pueda concentrarse con su tarea.
• Valora la educación y los hábitos ante él/ella. Demuestrale  que lo que está aprendiendo hoy será importante para cuando sea adulto. Si tienes lagunas o has olvidado contenidos escolares pídele a tu hijo que te enseñe o te ayude a recordarlos.
• Acude a los actos del centro. Asistir a reuniones, conferencias, encuentros deportivos o ceremonias escolares, siempre que puedas, hará que tu hijo comprenda que lo que ocurre, todo lo que ocurre , en el Centro es importante para ti. Pero recuerda que muchos adolescentes se sienten incómodos y prefieren que sus padres estén, pero un poco alejados.
• Conozce a los profesores. No siempre es posible conocer a todos los profesores de tu hijo, pero al menos deberías conocer al tutor de su curso y al orientador del Centro. Piensa que cuanto más visible seas para el profesorado, más fácil será mantenerse informado de la evolución de tu hijo. Lee las notas y avisos que lleguen a casa y transmite a su hijo que lo hace, te importa, y que si alguna no llega te preocuparás por ello.

* Este post es un extracto del documento «Adolescentes. Guía para padres y madres», de lectura recomendable para padres y madres.